Amantísimo Niño Jesús amable, consuelo de aquellos devotos a ti, entrega para mí la gracia bendita de tus hermosas manos, padre y señor nuestro, tú que has sido confidente de mis pesares, entrégame paz en la turbación y alivio a mi corazón.
Dios te salve María, aunque no soy merecedor de tu amor y tus bendiciones, recurro a ti mas no en vano, por ser el hijo de dios en la tierra, el estandarte de auxilio de aquellos que debemos devoción solicita a ti.
Gloria al padre, al hijo y al espíritu santo, acuérdate de nosotros santo niño amable, que acudimos a ti, nadie en la tierra a buscado tu consuelo sin recibir respuesta de tu piadoso don, es por ello que llenos de humildad y arrepentidos de nuestros pecados, esperamos recibir, tu gloria, tu gracia y tus bendiciones.
Porque solo tu lleno de amor puedes entregarnos la esperanza y el perdón que necesitamos recibir amen.
(Diga 7 veces la gracia que desea recibir). Oh glorioso y bendito niño amable Jesús amen.
Oración del niño amable que con sus palabras y acciones alegra el corazón de quienes lo rodean, siempre dispuesto a ayudar y a compartir con generosidad. Que su luz brille con fuerza y su bondad inspire a otros a hacer el bien en el mundo. ¡Que su amor y amabilidad sean un ejemplo para todos!
Divino Niño Amable, en tu infinita bondad te pedimos por todos los niños que, con su dulzura e inocencia, iluminan nuestro mundo.
Que tu amor guíe sus corazones hacia la compasión y la generosidad. Concédeles la fortaleza para esparcir actos amables como semillas de esperanza.
Que cada risa contagiosa y gesto tierno sea un recordatorio de tu amor en acción. Amén.»
«Oración al Niño Amable: Luz y Guía en Nuestra Bondad»
Oh Niño Amable, fuente de amor y ternura, te invocamos con humildad y gratitud por tu presencia en nuestras vidas. Tú, que nos enseñas la belleza de la bondad y la generosidad, ilumina nuestro ser con tu luz divina.
En este día, te pedimos, Niño Amable, que infundas en nuestros corazones la capacidad de ser amables y compasivos con todos los seres que cruzan nuestro camino. Que nuestras palabras y acciones reflejen tu amor incondicional y tu gracia abundante.
Guíanos, Niño Amable, para que podamos ser instrumentos de paz y alegría en un mundo que a menudo necesita tu luz sanadora. Ayúdanos a ser pacientes y comprensivos, a perdonar de corazón y a sembrar semillas de bondad donde quiera que vayamos.
En momentos de dificultad y desafío, danos la fortaleza para seguir siendo amables y compasivos, recordando siempre tu ejemplo de humildad y servicio. Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de tu amor infinito y de la belleza de ser niños amables en espíritu.
Niño Amable, escucha nuestras peticiones y fortalece nuestra determinación de seguir tu camino de amor y compasión. Que cada acto de bondad que realicemos sea como una oración silenciosa que llega directamente a tu corazón generoso.
Confiando en tu gracia y en tu bondad eterna, te agradecemos por escuchar nuestras palabras y por guiarnos en el camino de la bondad y la generosidad. Amén.
La Oración del Niño
ocupa un lugar especial. Al recitar estas simples palabras, se abre un canal directo de comunicación y conexión con lo divino, renovando la fe y la esperanza en tiempos de dificultad y alegría.
La confianza absoluta expresada en esta oración es un recordatorio constante de la importancia de mantener una relación íntima y confiada con Dios.
La Oración del Niño representa mucho más que palabras; es un puente hacia la fe inquebrantable, la devoción sincera y la esperanza constante en la bondad divina.
Esta oración simple, pero llena de significado, nos recuerda la importancia de mantenernos como niños ante Dios, confiando plenamente en Su amor y providencia en cada paso de nuestro viaje espiritual.